4.El imperio napoleónico y la
Restauración
El gobierno de Napoleón en Francia.
Durante el período del Consulado,
Napoleón fue concentrando progresivamente el poder, y en 1802 se
proclamó cónsul vitalicio.
Políticas. Para reconciliar a
radicales, moderados y conservadores autorizó el regreso de los
exiliados políticos, reconoció el catolicismo como religión
oficial.
Administrativas. Implantó un modelo
centralizado mediante la división de Francia en departamentos que
dependían del Gobierno central.
Educativas. Unificó la enseñanza en
toda Francia y creó la red de liceos o institutos de enseñanza
media.
Napoleón en Europa
Napoleón desarrolló una política
expansionista en Europa y provocó continuas guerras en las que logró
un gran prestigio. En 1804 se hizo coronar emperador y solo Reino
Unido logró resistir a su dominio europeo.
En España, la invasión napoleónica
provocó la Guerra de la Independencia, que estimuló la resistencia
de otro pueblos.
Las tropas francesas sufrieron una gran
derrota en Rusia.
Una coalición absolutista derrotó a
Napoleón en Leipzig en 1813.
Napoleón abdicó en 1814 y fue
desterrado a la isla de Elba. En 1815 logró regresar y formó el
llamado imperio de los Cien Días, aunque fue definitivamente
derrotado en la batalla de Waterloo.
El Imperio napoleónico logró expandir
los ideales liberas a Europa.
El Congreso De Viena
Las potencias vencedoras de Napoleón
se reunieron en 1815 en el Congreso de Viena para reorganizar la
situación política internacional.
El responsable del Congreso fue el
canciller austriaco Metternich. El canciller impulso el retorno a la
situación anterior a la Revolución francesa, por lo que este
período se conoce como Restauración.
Se produjo la restauración del
absolutismo monárquico.
Se devolvió el trono a las monarquías
tradicionales anteriores a Napoleón, consideradas únicas
depositarias de la legitimidad política.
Para evitar que una potencia impusiera
su hegemonía en Europa, como había pasado con la Francia
napoleónica, se buscó el equilibrio internacional.
En Viena se inauguró una nueva
concepción de la política exterior en Europa, basada en la
celebración de congresos por parte de las grandes potencias.
Las potencias firmantes se reservaron
el derecho de intervenir militarmente en los territorios que pusieran
en peligro a los principios del Congreso. Para ello se crearon la
Santa Alianza y la Cuádruple Alianza.
En 1820 hubo diferentes revoluciones
liberales en Europa que pusieron en peligro el absolutismo. Por ello,
en 1820 el Congreso de Troppau decidió enviara a la Santa Alianza
contra los liberales en Nápoles, y en 1822, el Congreso de Verona
destinó un ejercito contra los liberales españoles.
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